*Los alcaldes tienen mecanismos muy truculentos para reelegirse usando recursos públicos, criticó el dirigente Abel Barrera Hernández
*En municipios como Tlapa no hay obra pública, pero los alcaldes buscan reelegirse comprando votos
Gilberto Guzmán
Hay municipios en la Montaña, pobres, pequeños, donde los partidos políticos están prometiendo pagar el voto en mil, 2 mil, 5 mil y hasta 10 mil pesos, y hay alcaldes que quieren reelegirse sin haber pedido licencia ni tener obra pública, “usan mecanismos muy truculentos para mantenerse en el cargo y seguir usando los recursos públicos”, advirtió el director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”, Abel Barrera Hernández.
En entrevista radiofónica dijo que este año “Tlachinollan” cumplirá 30 años de trabajo centrado en la defensa de los derechos humanos de la población indígena y de la población afromexicana, que ha sido más discriminada, abandonada y sobre todo, estigmatizada por su forma de vivir, por su cultura y su organización.
“Nuestro mandato como asociación civil ha sido poder acompañar a las víctimas de la violencia, tanto mujeres como jóvenes, a víctimas de desaparición forzada, a víctimas de asesinatos, de feminicidios y sobre todo, de hombres y mujeres que han sido asesinados por defender los derechos humanos, víctimas por alzar la voz, por pelear por un territorio, por exigir justicia”, comentó.
En ese punto, dijo que es lamentable que continúen los asesinatos de dirigentes sociales, como el del integrante del Frente Popular de la Montaña (FPM), Arnulfo Cerón Soriano, en noviembre del 2019, crimen del que se ha señalado como autor intelectual al entonces jefe de asesores del Ayuntamiento de Tlapa de Comonfort, Marco Antonio García Morales, quien ahora es candidato a la presidencia por el Partido del Bienestar Guerrero, lo que evidencia que a los partidos políticos no les interesa conocer los antecedentes de sus candidatos.
“Ese es otro problema, vemos que los partidos políticos han trivializado este proceso electoral, se han quedado con los criterios meramente mercantilistas, economicistas, eligen y deciden quién va a ser candidato o candidata, hablo de todos los partidos, siempre y cuando tenga garantías de que va a apoyar con dinero para su campaña, aparte de que puedan dar moches a los líderes, a los representantes, a los que toman decisiones, esos moches ya se volvieron costumbre”.
Además, dijo que ahora los candidatos son quienes le dicen a la dirigencia del partido “yo te garantizo que voy a hacer la campaña, no voy a requerir que me den todos los recursos. Esos son los criterios y al interior de los mismos candidatos y candidatas, si hablamos de presidentes, también los que quieren una regiduría, una sindicatura, ellos se encargan de decirle si quieres esta regiduría cuesta un millón de pesos, todo tiene precio”, apuntó.
Abel Barrera fustigó que el discurso de los procesos democráticos, de la elección, de las mejores propuestas, de las mejores candidaturas es un discurso hueco actualmente, “sobre todo, porque predomina un ambiente delincuencial, una práctica de sobornos, esa incultura de lo que significa pedir cuotas, pedir dinero, esto ya se generalizó, ahora hasta los mismos candidatos y entre los representantes de los partidos políticos”.
Advirtió que la sociedad va hacia un mayor caos, porque las autoridades le ponen precio a los puestos que llegan con una marca de decir yo te di tanto y también con apoyo de dinero mal habido, “¿entonces, en manos de quién van a quedar los cargos públicos del Congreso, las diputaciones federales, las presidencias municipales, porque todo está movido con dinero”.
Reveló que en la Montaña “hay lugares, municipios en la Montaña pobres, pequeños, donde están prometiendo pagar el voto de mil, 2 mil, 5 mil y me han dicho de hasta 10 mil pesos”.
Precisó que ha recibido estas denuncias contra algunos partidos políticos, pero es una práctica que ya se está generalizando en todos los partidos.
“En la Montaña, la misma gente ante la falta de una verdadera cultura democrática, y también ante las necesidades, ven como un caldo de cultivo este tipo de ofrecimientos y esta situación es algo que permea en el ambiente”.
Abel Barrera también habló de los alcaldes que buscan reelegirse, como es el caso del priista Gilberto Solano Arreaga, quien de última hora se registró como candidato de la coalición PRI-PRD-PAN porque quiere repetir como presidente municipal:
“Los que se están reeligiendo, que son varios, no hicieron obra pública en las comunidades, hay una gran exigencia de obra pública en varios municipios; lo que la gente deduce es que esa obra pública que no hicieron, ahora lo están regresando en pago por el voto, no hicieron obra, pero ahora dicen te compro el voto en mil, 2 mil, 3 mil, 5 mil pesos, se volvió a un círculo vicioso este proceso electoral y es lamentable porque se ha pervertido”.
Además de Tlapa, mencionó municipios como Metlatónoc, donde no hay reelección, pero la obra pública en municipios de la Montaña es como la estrategia de los grupos de poder, que esquilman el dinero para otros fines y para el pago de servicios, de cuotas a otros grupos, es muy delicada la situación.
En el caso de Tlapa, donde Gilberto Solano no pidió licencia para separarse del cargo y poder hacer campaña en busca de su reelección, Abel Barrera agregó:
“Usan mecanismos truculentos para mantenerse en el cargo para seguir usando los recursos públicos, y llegará el momento en que sea el más indicado para poder registrarse y volver a continuar como ahora como candidato y seguir manejando los recursos públicos, no cambia nada, seguir con la mesa puesta”.
Reprochó que en Tlapa el priista Gilberto Solano busca la reelección, pero no hay obra pública para las comunidades, “y en algunas hay obras suntuosas de la que ninguna autoridad pide que rindan cuentas, porque todos están cortados con la misma tijera, hay una colusión interinstitucional que es muy grave”.