Por: Gilberto Guzmán

Diversos comentarios se han generado por el anuncio del Gobierno federal de utilizar el edificio que alberga instalaciones del Centro Internacional Acapulco (CIA) para construir un Hospital de tercer nivel administrado por el ISSSTE.

Se han pronunciado en el inicio de la semana la Asociación de Hoteles y Empresas Turística de Acapulco (AHETA) y la Cámara de Comercio (CANACO), quienes advirtieron que no permitirán que el CIA se convierta en el Hospital General del ISSSTE porque afectará la actividad turística del puerto.

De entrada, según lo que se conoce hasta ahora, será un hospital regional, el más moderno y especializado de Guerrero y quizá de otros estados cercanos; y después de la polémica generada hace meses por el tema del terreno donde se construiría, se ha encontrado como salida utilizar las instalaciones del CIA para garantizar un lugar céntrico y de fácil acceso para los usuarios.

La propuesta del gobierno federal para ubicarlo en el CIA es, también, para rescatar y aprovechar un inmueble que lleva alrededor de 15 años desaprovechado y que se ha vuelto lugar de eventos sin trascendencia, estacionamiento de camiones turísticos, además de provocar el decaimiento y deterioro de la zona porque el abandono propició el aumento de asaltos.

Uno de los principales argumentos que los vecinos opositores al proyecto han enarbolado es que la construcción del Hospital aumentará el comercio ambulante, la pérdida de plusvalía de sus propiedades y que el turismo se sentirá sin privacidad en esa zona de hospederías.

En realidad, establecer un Hospital de este tipo en la zona turística ayudará a detonar la economía local y se aumenta un valor agregado a las propiedades, precisamente por tratarse de una institución de alta especialidad médica.

Entre los beneficios que generará la construcción de un hospital de Tercer Nivel del ISSSTE en Acapulco, en las instalaciones del llamado Centro de Convenciones, se pueden mencionar:

Mayor acceso a servicios de salud especializados, considerando que actualmente pueden ser limitados o inexistentes en Guerrero, ya que contar con este hospital permitiría la atención de enfermedades y condiciones complejas que requieren servicios médicos de alta calidad y especialización.

La construcción aumentaría la capacidad hospitalaria no solo en Acapulco, sino en la Región, y ayudaría a reducir la saturación de otros centros de salud para que haya una atención más rápida y eficiente de los pacientes, especialmente en casos de emergencia.

Un beneficio adicional y no menos importante de la construcción de este Hospital es la creación de nuevos empleos en la región, a través de la inversión de alrededor de 3,500 millones de pesos que, como se ha dicho, reactivará la economía local y abrirá oportunidades de empleo para profesionales de la salud como médicos, enfermeras, técnicos y personal de apoyo.

Este hospital sería un entorno propicio para la formación médica, en beneficio de estudiantes de medicina y médicos residentes, lo cual fortalecerá la capacidad médica y mejorará la calidad de los servicios de salud en la región, así como la migración de médicos especialistas.

Por ubicarse en una de las zonas más privilegiadas de Acapulco, miles de personas se beneficiarían con un mejor acceso a servicios de salud, además de ser una zona urbanizada con todos los servicios básicos y de transportación: se puede llegar por diferentes vías, por transporte público o privado y se encuentra cerca de otras infraestructuras que acompañan el desarrollo de estos hospitales.

En cuanto a la inversión, se debe ponderar que por tratarse de un predio propiedad del Gobierno federal, el costo del terreno se elimina y representa un importante ahorro.

Es por ello que una inversión de esta naturaleza no puede estar supeditada a los intereses de grupos privilegiados. Argumentos suficientes para defender la construcción del hospital en esta zona se encuentran con facilidad.

En pocas palabras, garantizar el derecho a la salud digna y de calidad para los guerrerenses en una zona de fácil acceso, además de tratarse de un hospital de última tecnología y de primer mundo, no una clínica o centro de salud.

De igual manera, garantizar la vocación turística a los hoteles y comerciantes de la zona, presentando el proyecto de la recuperación integral del Centro Internacional Acapulco después de 15 años en el abandono, y garantizar la plusvalía y tranquilidad de los vecinos.

Se deben considerar los beneficios, que son más que los inconvenientes que se podrían señalar, y sobre todo evitar politizar el tema, porque el objetivo primordial es mejorar los servicios de salud para acapulqueños y guerrerenses.

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