Roberto Santos

En el paradisiaco puerto de Acapulco, las contradicciones entre las promesas de desarrollo económico y la cruda realidad de la inseguridad parecen estar más marcadas que nunca.


Recientemente, la presidenta Abelina López Rodríguez acudió a la Ciudad de México para participar en las Nearshoring Talks 2024, destacando las ventajas competitivas del puerto para atraer inversiones.


Sin embargo, detrás de estos discursos optimistas se esconde un problema que no puede ignorarse: la creciente ola de violencia y extorsiones que azotan a los negocios locales.


Acapulco, conocido por la belleza de sus playas y su rica historia, enfrenta una crisis de seguridad pública que está lejos de resolverse de inmediato, a pesar de ser otra vez una de las promesas de la presidenta municipal.


Acapulco ha sido tema nacional e internacional por el número de asesinatos, incluido el de un hombre incapaz de cumplir con las extorsiones impuestas por grupos delictivos locales, quienes lo ejecutaron de manera brutal como advertencia para otros.


Estos hechos no solo son una tragedia humana, sino también un serio obstáculo para cualquier iniciativa de desarrollo económico sostenible en el municipio y la región.


Resulta sorprendente que, a pesar de los récords de violencia bajo su mandato, Abelina López Rodríguez haya sido reelegida por la mayoría de los acapulqueños.


Esta continuidad de liderazgo, respaldada por un sector de la población, plantea interrogantes sobre las expectativas y prioridades de los ciudadanos en medio de tal contexto adverso.


Mientras la presidenta continúa promocionando las atracciones naturales y culturales de Acapulco para atraer inversionistas, la realidad en las calles pinta un cuadro desolador y poco seguro para los empresarios.


La persistente inseguridad y los actos de violencia cotidiana son un claro impedimento para aquellos que buscan estabilidad y protección para sus inversiones.


Y eso, seguramente, no informó a los inversionistas.


Más que solo atraer inversiones con promesas vacías de seguridad, es imperativo que la presidenta municipal cumpla con su responsabilidad fundamental: garantizar la seguridad y la paz pública en Acapulco.


Solo así se podrá revertir la percepción negativa y restaurar la confianza tanto de los ciudadanos como de los inversionistas.


Acapulco tiene el potencial de ser un destino próspero y seguro, pero para alcanzar ese objetivo, es esencial que las palabras de sus líderes se respalden con acciones concretas y efectivas.


La prevención del delito debe convertirse en una prioridad indiscutible si se quiere transformar la imagen y el futuro de esta emblemática ciudad mexicana en el ámbito nacional e internacional.

<img src=”https://guerreroinformado.com.mx/wp-content/uploads/2024/06/Imagen-de-WhatsApp-2024-06-23-a-las-22.34.55_15cc3f03.jpg”>

Por admin1

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *