Gilberto Guzmán
Los niveles de violencia que alcanzó el estado de Guerrero en las últimas semanas motivaron que el Gobierno federal y estatal reforzaran la estrategia contra el crimen con la designación de un nuevo mando en la Secretaría de Seguridad Pública estatal, el General Rolando Solano Rivera, oriundo de la región Montaña, en sustitución del capitán Evelio Méndez Gómez.
La presencia de los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, y de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, en el acto donde la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, tomó la protesta de ley al nuevo secretario de Seguridad Pública ratifica el respaldo que el presidente Andrés Manuel López ha brindado a la mandataria desde el inicio de su administración, y en particular ahora en el tema de seguridad.
Destaca que este relevo, que muchos sectores, principalmente partidos políticos, habían pedido por el incremento de la violencia, se realizó de manera programada y en ceremonia oficial, a diferencia de anteriores administraciones donde sólo se realizaba la toma de protesta en una oficina, y se difundía la fotografía.
Y sin duda que las autoridades le han dado gran importancia al problema en Guerrero, al designar a un General Brigadier del Estado Mayor Presidencial, el más alto rango militar, y con experiencia en la Escuela Superior de Guerra, donde ha sido docente, jefe de la Sección de investigación y doctrina militar en la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea, Jefe de Estado Mayor en las zonas militares de San Luis Potosí y Pie de la Cuesta, Guerrero, entre otros méritos.
El General Rolando Solano cuenta con 37 años de experiencia en carrera militar, es originario de la Montaña y conoce la entidad porque ha trabajado en Guerrero, lo cual genera amplias expectativas de que mejorará la coordinación entre el Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Estatal.
Del secretario saliente, quien se incorporó a la Secretaría de Marina en funciones de Logística, se puede mencionar que durante los dos años al frente de Seguridad Pública logró avances como mejorar la profesionalización tanto de la Policía Estatal como de las policías municipales; se firmaron convenios con los estados limítrofes: Oaxaca, Michoacán, Morelos, Puebla y el Estado de México para fortalecer la seguridad en las zonas fronterizas; se incrementó el 55% en la operación de la red estatal de radiocomunicación.
Además, durante la gestión de Evelio Méndez se mejoró el equipamiento policial en la adquisición de 152 patrullas, 8 unidades tácticas, ambulancias, uniformes y un aumento superior al 1000% en la funcionalidad de las cámaras de videovigilancia; y se han mantenido las operaciones conjuntas entre las fuerzas federales y estatales en Guerrero para contribuir en las tareas de construcción de la paz.
Que es un tema complicado el de la violencia y la inseguridad, coinciden muchos sectores; complicadísimo, coincidimos otros. Pero el relevo en la Secretaría de Seguridad Pública debe recibir un voto de confianza ante la crisis que a todos nos toca padecer.
Es urgente que se restablezcan las condiciones para que todos podamos a salir y realizar nuestras labores sin el temor de ser víctimas de la violencia, y para ello es prioritario que la autoridad redoble los esfuerzos y las acciones contra el crimen, pero también atender las causas de la violencia, apoyarse en la tecnología y la inteligencia, erradicar las malas prácticas que han podrido a las corporaciones de seguridad que terminan respondiendo a otros intereses, y para ello es necesario seguir profesionalizando a la Policía Estatal.
Estamos en medio de un proceso electoral cuyas elecciones serán el 2 de junio, y hay regiones donde el crimen organizado ha arrebatado al Estado el control, donde el Gobierno no entra y se impone la ley de la barbarie, que se manifiesta en asesinatos, algunos de líderes políticos, y por eso la llegada de un nuevo mando policíaco genera amplias expectativas, que ojalá no queden solo en eso.
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