Gilberto Guzmán

El huracán Otis provocó graves afectaciones ambientales en Acapulco, principalmente en árboles derribados, lo que ha comenzado a generar alteraciones del microclima y se requiere avanzar con acciones de reforestación y plantar un millón de árboles, informó el titular de la Procuraduría de Protección Ambiental del Estado de Guerrero (PROPAEG), Carlos Toledo Manzur.

En entrevista, dijo que además de los daños materiales a las construcciones en Acapulco y Coyuca de Benítez, el huracán Otis provocó un efecto muy grave en el medio ambiente, principalmente la gran cantidad de árboles que los vientos derribaron.

“Es un daño ambiental tanto en el arbolado que se encuentra en la zona urbana, como el arbolado que se encuentra en las áreas de reserva, como la zona del parque El Veladero y el Bicentenario, que representan pulmones para la ciudad, igualmente en el parque Papagayo, hubo una cantidad muy importante de derribo por viento de árboles, en algunos casos árboles realmente muy antiguos, de 150 a 200”, comentó el funcionario.

Advirtió que esta pérdida ya está repercutiendo en el microclima de la ciudad, porque los árboles son productores de oxígeno, capturadores de carbono, pero también tienen importante impacto en la sombra que generan y en la regulación del microclima de la ciudad.

“Entonces, con todos estos árboles que se cayeron, desgraciadamente ya estamos teniendo impactos en la modificación del microclima y eso va a tardar mucho tiempo en restaurarse”.

Carlos Toledo dijo que no se puede tener una cuantificación exacta de los árboles derribados por el huracán, pero sí ha sido evidente que se cayeron muchísimos árboles, aunque algunos solamente perdieron las hojas y las ramas, y muchos afortunadamente están retoñando, volviendo a reverdecer, pero muchos otros fueron arrancados de raíz y no hay manera de recuperarlos.

Agregó que ante esa situación, por instrucciones de la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, la PROPAEG participa con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMAREN) en diseñar un programa de reforestación muy intenso para proponerle a la población de Acapulco que cada ciudadano plante un árbol y lo adopte, para cuidarlo y para hacerlo llegar lo más rápidamente posible a una talla que tenga un mayor impacto en el ecosistema de la ciudad.

“Y para esto, nosotros como Procuraduría en la temporada regular estuvimos plantando alrededor de 10 mil árboles que nos facilitó a través de una donación el Gobierno de la Ciudad de México y hemos solicitado nuevamente a los viveros de la de la Ciudad de México, a la Secretaría de Medio Ambiente que nos apoyen con donación de árboles para poder aprovechar que ellos tienen árboles de tallas mayores, de 2 a 3 metros y esos árboles más grandes tienen mayores posibilidades de sobrevivencia”, explicó.

Sobre la meta de reforestación, Carlos Toledo reiteró que el objetivo es lograr que cada ciudadano de Acapulco plante un árbol, lo que implicaría llegar a un millón de árboles.

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