*La Policía de Guerrero involucionó y después de su gobierno no se apoyó la modernización del Poder Judicial, denunció el exgobernador
Gilberto Guzmán
“Estoy muy triste y preocupado, es que con una facilidad te quitan la vida y no pasa nada en absoluto”, expresó el exgobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca Galindo, sobre el asesinato del magistrado Edmundo Román Pinzón, quien fue presidente del Tribunal Superior de Justicia en el periodo que le tocó gobernar Guerrero, y con quien, recordó, trabajaron en la modernización del Poder Judicial.
En una entrevista en el noticiero de Ciro Gómez Leyva “Por la Mañana” en Fórmula Noticias, el exmandatario también lamentó que después de que en su administración (2005-2011) se trabajó para apoyar a las Policías y modernizar al Poder Judicial, los gobiernos posteriores no le dieron continuidad y finalmente se involucionó volviendo a las prácticas de siempre del dedazo y el acomodo, y sin apoyar económicamente al Poder Judicial.
“En la época de nosotros tuvimos una época de profesionalizar, apoyar y respaldar al Poder Judicial, no vengo a dar números alegres, le puedes preguntar a cualquier integrante del Poder Judicial; nosotros acabamos con los dedazos, nosotros privilegiamos la carrera profesional, lo saben bien los magistrados que nombramos”.
Torreblanca recordó que llegó al gobierno el 1 de abril del 2005 -aunque se equivocó y dijo 2011, pero ese año fue cuando comenzó la administración del exgobernador Ángel Aguirre Rivero-, y tenían el tiempo encima porque los magistrados que habían sido nombrados en gobiernos pasados, si no los ratificaban quedaban inamovibles con base en la Constitución política de Guerrero.
“No teníamos tiempo de hacer exámenes, lo que hicimos fue escoger a los magistrados en función de su carrera y propusimos a cerca de 15, acabamos con la fórmula de poner a un presidente del Poder Judicial a modo del gobernador en turno, y lo saben ellos, se hizo una carrera y se creció mucho con Mundo; se modernizó el Poder Judicial, con computadoras que no existían en aquel entonces, se escribía con las máquinas del pasado, hicimos la Ciudad Judicial en el Estado, se hicieron muchísimas cosas y lo saben los trabajadores, los magistrados de aquella época”.
Torreblanca Galindo recordó que cuando trabajó en coordinación con Román Pinzón, “nos encontramos una Policía que no existía y nos llevó muchos años construir cuarteles, etcétera, pero no se le dio continuidad (en las siguientes administraciones) porque se tomó a la ligera; recuerdo que en aquel entonces nos coordinábamos con él comandante de la región militar que llegó a ser secretario de Seguridad Pública -en realidad fue de la SEDENA-, Salvador Cienfuegos”.
También dijo que en su gobierno tuvo a uno de los mejores secretarios de Seguridad Pública, el general Juan Heriberto Salinas Altés, aunque no fue a propuesta del Ejército Mexicano, porque lo conoció en su época de dirigente empresarial y fue el primer comandante de la Región Militar.
“Lo que tratamos es de profesionalizar a los policías porque lleva tiempo, no es fácil, Guerrero es un estado muy complejo, (desde) años atrás; entonces tenemos que reconstruir una Policía que esperábamos que hubiera continuidad, igual que el Poder Judicial, pero finalmente se involucionó volviendo a las prácticas de siempre con el dedazo y con el acomodo, y sin apoyar económicamente al Poder Judicial”, expuso.
Consternado, el exgobernador agregó:
“No entiendo, y lo que me preocupa, Ciro, sobremanera, estoy muy triste y preocupado, es que con una facilidad te quitan la vida y no pasa nada, en absoluto, hoy es él, mañana es el otro y finalmente estamos en una etapa de zozobra, desesperante y frustrante”.
Agregó el exgobernador que un hijo del magistrado Román Pinzón perdió la vida hace un tiempo -en diciembre del 2023-, y que entonces le recomendó recurrir a la tanatología, “y hoy está esta desgracia que nos mueve a quienes queremos a Guerrero y queremos a Acapulco, donde están nuestras familias, donde están nuestros intereses económicos, yo antes de político soy empresario”, concluyó.