Roberto Santos

En pleno delirio de algunos grupúsculos que corren a postrarse ante Abelina López Rodríguez para que siga con la destrucción, perdón: reconstrucción de Acapulco, Morena entra en una profunda crisis interna.

El mal manejo de los procesos internos de selección de candidatos, cuchareados por la dirigencia estatal, les va a costar caro.

Más, por la imposición de la reelección de la presidenta de Acapulco, lo que dejará una secuela de descontento difícil de remediar.

A menos de que exista una distorsión cognitiva en algunos grupos políticos del puerto, no se explica hacia donde pretenden ir, teniéndola en el ayuntamiento por otros tres años.
“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo”, decía con mucha razón Albert Einstein.
Y agregaba: “La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia”
En este escenario, un personaje muy estimado en Acapulco, el exdiputado y empresario Carlos Granda es uno de los políticos que resultó estafado por la cúpula morenista.
En una faramalla terminó el proceso de selección del o la candidata en Acapulco, muy distante a ser democrático, al imponer a Abelina, con la peregrina idea de que es necesaria para que siga la reconstrucción.

Ante esto, Carlos Granda ya es candidato a presidente municipal por la alianza PRI, PRD y PAN.

Previo a eso, anunció que renunciaba a su partido.

“He decidido cambiar de partido debido a las injusticias que he observado en el proceso de las encuestas y la falta de representación equitativa que estas reflejan”, dijo en un mensaje en redes sociales.

Con toda la razón, agregó que “el color de un partido político no define quién es como persona ni sus valores fundamentales”.

Y destacó que su compromiso es con “el servicio público, y sus principios de justicia, igualdad y progreso siguen siendo inquebrantables.”

“Mi objetivo sigue siendo trabajar de la mano con ustedes para construir una sociedad más justa, inclusiva y próspera para todos. Gracias por su apoyo continuo y la confianza que han depositado en mí. Juntos, podemos lograr grandes cosas para nuestro Acapulco”, finalizó.

Como se sabe, Carlos Granda, es una persona solidaridad con la población en momentos difíciles, como cuando la crisis de Covid y durante el huracán Otis, y no utilizó a los medios de comunicación para levantar su imagen.

Por eso es que en las encuestas salió con alta aceptación y nulo rechazo.

Mientras que la presidenta Abelina salió con alta aceptación pero 70 por ciento de rechazo.

Y solo por eso no debería ser la candidata.

Finalmente, la alianza “Fuerza y Corazón por Acapulco” amarraron un buen candidato.

Un candidato que tiene todo para ser el próximo presidente municipal de Acapulco.

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