Por: Gilberto Guzmán

En el primer semestre del 2024 Acapulco registra 319 asesinatos, 96 más que los 223 registrados en el mismo periodo del 2023, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), citados en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador del 9 de julio.

La morenista Abelina López Rodríguez ha reconocido que su gobierno está rebasado por la violencia del crimen organizado, pero se consuela con decir que ella solo tiene facultades de prevención del delito y de sancionar a quienes tiren basura o hagan sus necesidades en las calles, porque así lo establece el Bando de Policía y Gobierno.

La presidenta falta a la verdad con esta declaración. El artículo 150 del mencionado Bando establece que “la Secretaría de Seguridad Pública tendrá facultades para mantener la seguridad, la paz, el orden público y la tranquilidad dentro del municipio, lo cual no se cumple cuando la gente no se siente segura en una ciudad en la que claramente no hay paz: el 79% de la población reportó sentirse insegura de vivir en Acapulco, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública del INEGI del primer trimestre de este año.

El mismo artículo del Bando de Policía y Gobierno agrega que es facultad del Ayuntamiento “prevenir la comisión de delitos y proteger a las personas, a sus propiedades y derechos; auxiliar al Ministerio Público, a las autoridades judiciales y a las administrativas, cuando así se requiera; y aprehender a los presuntos delincuentes en los casos de delito flagrante, poniéndolos sin demora a disposición del Ministerio Público”.

Si los ciudadanos que viven en Acapulco sienten que la autoridad municipal está cumpliendo con estas acciones, López Rodríguez podría seguir tranquila asistiendo a clausuras y cuanta fiesta le inviten, aunque apenas este miércoles 10 de julio de 2024 se registró un homicidio sobre la avenida Cuauhtémoc en el fraccionamiento Magallanes, y quienes lograron detener al homicida fueron policías estatales, la policía de Abelina López brilla por su ausencia porque tiene otras prioridades: robar vehículos.

El mismo día que la alcaldesa admitía ante la prensa que está rebasada por la violencia, se daba a conocer que el día anterior Rodolfo “N”, agente de la Policía Vial de Acapulco, fue detenido en un operativo montado por la Policía Investigadora Ministerial, la Policía Estatal, el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional por conducir un vehículo con reporte de robo en el poblado de “El Cayaco”. ¿Esa es la policía con la que Abelina López afirma cumplir con la prevención del delito?

A Abelina López le resulta más fácil rehuir a su responsabilidad y obligación como alcaldesa de un puerto al que terminó de sumir en la violencia, donde ganó la reelección gracias al arrastre electoral de la marca Morena, y que el mismo día que recibió la constancia de mayoría anunció “tengo un sueño y me veo transformado este estado”, se subió a la contienda por la gubernatura sin cumplir las promesas de campaña a los acapulqueños.

Y no es solo que esté rebasada por la violencia. No es que le toque bailar con la más fea, como folklóricamente argumenta. Y tampoco es que esté cumpliendo con la función del Ayuntamiento de prevenir el delito. La realidad es que a Abelina López Rodríguez le encanta hacer apología de este.

Desde finales de abril suman 37 muertes con cuerpos desmembrados en Acapulco, de los cuales el fin de semana fueron seis descuartizados, acciones claras del crimen organizado, en un puerto que pasó de ser -hasta finales de los 90’s- el destino dorado para turistas nacionales e internacionales a una ciudad ahogada en la violencia, donde la gente sale todos los días a realizar sus labores con el miedo de no saber si regresarán con bien a casa, o si van a recibir la noticia de que algún familiar ha sido víctima de la delincuencia.

Tiene un año y cuatro meses que Abelina López no cumple con el procedimiento para designar a un secretario municipal de Seguridad Pública. ¿Por qué? Solo ella sabe qué acuerdo está cumpliendo con mantener acéfala esta importante área que es, precisamente para acciones de prevención del delito, como marca el artículo 21 constitucional.

Acapulco, una ciudad que necesita rescatar su cultura y promover hábitos que ayuden a mejorar como sociedad -principalmente en niños y jóvenes que serán los próximos ciudadanos- y extirparse el cáncer que representa el crimen, recibe de su alcaldesa eventos como el concierto de Xavi, un cantante de narcocorridos anunciado para festejar el Día del Estudiante el 18 de julio, que entre sus letras tiene esta:

“Y empezamos desde cero, y lentamente formé un imperio/ Comenzamos con los veinte, después kilos, hoy me estoy riendo/ Y a los que no me creían, que no podía pensar en grande/ Yo ando fuerte todavía, con la bendición de mi madre”.

Esa es la basura de música que Abelina López les “regala” a jóvenes de Acapulco. Letras donde se enaltece a narcotraficantes, donde se violenta a la mujer, donde se habla de cómo exterminar a los enemigos. Pero ella asegura que está cumpliendo con la prevención del delito, y pide “asumir cada quien lo que nos toca y dejar de echarnos culpas”.

En la lógica de Abelina López, promover la apología del delito es prevenirlo. Tiene razón cuando dice que a los acapulqueños les toca bailar con la más fea.

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